20080627

Por qué los reyes del lucro apuestan por la educación pública y gratuita

PAÍSES DONDE LA EDUCACIÓN SIRVE PARA ALGO



En este tema no hay discusión, no hay matices, no hay dos puntos de vista: los países que obtienen los mejores resultados en matemáticas, ciencia y lenguaje, tienen una educación pública y gratuita. La derecha podrá insistir en que la competencia entre privados garantiza calidad, pero de la veintena de estudios que se han hecho en Chile sobre el tema, ninguno demuestra eso. Todo lo contrario. El sistema educacional chileno, el más libre del mundo, produce resultados mediocres comparados con los países desarrollados y también con América Latina. Aquí unos ejemplos de naciones que se toman muy en serio la educación.

Por M.R.A



El siguiente dato es clave: los que saben de educación, no apoyan la recién aprobada LGE.

Según Carlos Peña, rector de la Universidad Diego Portales y ex integrante de dos consejos asesores sobre esta materia, la norma intenta un imposible, cuadrar el círculo, pues no se decide por apuntalar ningún sistema: ni el municipal ni el particular subvencionado. Juan Eduardo García-Huidobro, director de la Escuela de Educación de la Universidad de la Universidad Alberto Hurtado y ex presidente del Consejo Asesor Presidencial de Educación, considera que lo peor es que no se resuelven las principales demandas de los pingüinos: que las escuelas en Chile cobran, seleccionan y no aseguran calidad. De hecho, los estudiantes continúan movilizados; y los profesores están a la espera de lo que ocurra la semana que viene con el proyecto en el Senado.

En Chile, los problemas fundamentales son dos: que el sistema genera desigualdad y es de mala calidad. Hay datos elocuentes al respecto. Según estadísticas del Observatorio de Políticas Educativas de la Universidad de Chile, casi el 90% de las familias que tienen ingresos entre 120 y 180 mil pesos educan a sus hijos en el sector municipal: los peor evaluados del sistema.

Hace dos años Chile intenta formar parte de la OCDE, el club de los 30 países más industrializados del mundo. Pero si nuestro PIB nos permite postular, los resultados en educación no. “El desempeño de los estudiantes chilenos está muy por debajo del de los estudiantes de otros países de la OCDE”, afirma un informe del Banco Mundial. La conclusión arranca de los siguientes datos: el 20% de los alumnos chilenos de 15 años no dominan las habilidades básicas de lectura y solo el 6% logra alcanzar los dos más altos niveles del Programa Internacional de Evaluación del Aprendizaje Escolar (PISA), que es reconocido como la mejor foto de la calidad educacional de los países.

¿Qué hacen los sistemas exitosos? Dos informes publicados el año pasado (de la consultora McKinsey & Company y del Banco Mundial) abordan las prácticas de los mejores sistemas educativos del mundo. Aquí, un resumen de los modelos a seguir.

Finlandia: el top one

Es el más reconocido a nivel mundial, porque sus estudiantes obtienen los mejores resultados en las distintas pruebas internacionales: lectura, matemáticas y ciencias. La gracia es que no hay un grupo que tire al resto para arriba, sino que casi todos son buenos alumnos en Finlandia.

La educación es gratis y los responsables son el Ministerio de Educación (nivel central) y los municipios (nivel local). De hecho, como en Chile, las municipalidades comparten con el gobierno la responsabilidad de financiar la educación. El currículo y la forma de implementarlo dependen, sí, de cada escuela.

Los niños asisten al colegio según el barrio en que viven y, a diferencia de muchos países europeos, comienzan a estudiar recién a los 7 años. Hasta los 14, la jornada escolar no supera las 5 horas diarias (en Chile son 8 horas desde tercero básico en adelante).

Una explicación para los resultados en Finlandia es la selección que hacen de los profesores. Para estudiar Pedagogía hay que estar en el 10% de los mejores graduados, rendir pruebas de ingreso y, sólo si se está entre los candidatos más preparados, se accede a un cupo en la universidad (1 de cada 10 estudiantes es aceptado). Las facultades de Pedagogía tienen sus propios colegios donde los estudiantes practican.

Como es tan estricto el ingreso, siempre hay puestos de trabajo para profesores. Acceden a salarios de mercado y tienen un cupo asegurado en colegios de calidad.

Eso, a nivel de profesores. En el caso de los estudiantes, y para asegurarles buenos resultados, son constantemente monitoreados. Por cada 7 alumnos, hay un “profesor especial de educación”, que debe estar atento a aquellos que requerirán apoyo adicional (alrededor del 30%). Para ellos hay clases especiales de reforzamiento; pero también para los mejores alumnos, de manera de evitar la “estigmatización”.

Excelentes por azar

De acuerdo a un informe del Banco Mundial, mientras Chile se caracteriza por tener el sistema más pro-mercado y autónomo, el de Corea del Sur es lo contrario: el más dirigido a nivel central.

Las escuelas “se atienen a las materias, contenidos, libros de texto, distribución del tiempo, pautas de enseñanza, evaluación y pautas de administración que establece el Estado”, resume el BM.

La educación primaria es gratuita y los alumnos, que obtienen los mejores resultados a nivel mundial, son asignados por sorteo a las escuelas de su zona de residencia. Los planes de estudio se adaptan a las habilidades de los estudiantes (hay programas para superdotados y para quienes requieren apoyo).

Para ser profesor de básica es necesario completar cuatro años de estudio en la Universidad Nacional de Educación. Allí, las vacantes son limitadas, pues la idea, como en Finlandia, es que no haya sobreoferta (los estudiantes de pedagogía provienen del 5% de los mejores graduados). Los salarios, dice el estudio de la consultora McKinsey & Company, que revisó 25 sistemas en todo el mundo, “son excepcionalmente altos para los profesores”. Llegan a ganar hasta 2,5 veces más que un profesor promedio de la OCDE (y, hace 10 años, un profesor promedio de la OCDE ganaba una remuneración de 2 millones de pesos). Además, contra todas las leyes del mercado chileno, se premia más la antigüedad que el desempeño.

Los mejores profesores son enviados al extranjero y se los capacita periódicamente. Para ascender se los evalúa con test.

Maestros entrenan maestros

Los estudiantes de Singapur obtienen altos puntajes en la prueba TIMSS, un examen internacional en matemáticas y ciencias; y están también en el top ten del examen PISA. El sistema es administrado desde el Estado, y combina financiamiento público con aportes privados.

Como en los casos anteriores, los estudiantes de Pedagogía se eligen entre los mejores graduados y para estudiar esta carrera, se los somete a un test de evaluación en cultura general, actitud y personalidad (de hecho, solo uno de cada 6 postulantes es aceptado). Además, al terminar la carrera, a los maestros se les somete a un programa de entrenamiento durante un año; y el ministerio de Educación les paga un salario por esa preparación.

La profesión de maestro en Singapur es atractiva y de “alto estatus”. Reciben salarios de mercado y se les financian 100 horas anuales de capacitación. Dice una autoridad de ese país: “usted puede tener el mejor currículo, la mejor infraestructura y las mejores políticas, pero si no tiene buenos profesores todo lo demás está perdido”.

Los maestros supervigilan las clases de sus pares y a los más experimentados se les contrata como “entrenadores” de los nuevos. Quienes aspiran a ser directores de escuela en Singapur, deben pasar por un proceso de selección que puede tardar hasta un año. El camino es el siguiente: ingresan a un centro de evaluación donde se les somete a una serie de pruebas y ejercicios diseñados para observar las habilidades que poseen. Luego, los mejores se someten a un programa de 6 meses que realiza el Instituto Nacional de Educación. Terminada esa fase, aquellos a quienes se considera “que están listos” son destinados a las escuelas.

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