El destape de Gonzalo Cáceres:

“En privado te hago cualquier numerito si querí”



Por Claudio Pizarro • Fotos: Julio Bustamante


El rey del “in y el out” está de vuelta en una comedia picarona titulada “Viudas pero no Huevonas”, que le ha permitido vestirse de mujer. Y aquí lo tiene: tacones afilados, melena al hombro y vestido negro de encaje. En el escenario representa a una viuda aristocrática y .... virgen.




¿Vas a sacar las plumas del clóset?

No, no, el piluchismo no es mi estilo. No soy muy onda vedette. Las otras muñecas salen mostrando todo. Además, ya no soy una lola.

¿Eres pudoroso?

Sí, soy medio cartulein. Deben ser tabúes, qué sé yo. Pero en privado te hago cualquier numerito si querí.

¿Y en qué consiste tu show?

Canto unos boleros maravillosos, muy al estilo de Vicky Carr o la María Marta Serra Lima.

¿Cómo se llama tu personaje?

Layza.

¿Lassie?

No, ése es un perro, cariño.

¿Tiene algo tuyo el personaje?

Es romántica y muy señora.

¿Es un desafío actoral o te sale con naturalidad?

Según los críticos dicen que me sale bien natural.

En las fotos te ves mejor que Sarita Vásquez, tu ex esposa...

No me compares por favor. No me parezco en nada.

¿Te han piropeado?

Cuando era cadete me dijeron que mis piernas eran las más bellas que habían pasado por la Escuela Militar. Otra vez recuerdo que me estaba bañando en zunga en una playa cuando de repente siento un mordisco y dije !oh, un tiburón! Al final fue un viejo caliente que después me dijo “para que andai provocando”.

¿Cuando joven, te confundían con mujer?

A veces, por la cara. Una vez fui a un baile de disfraces a la embajada de Australia vestido de mujer y el hijo del embajador dijo que todas estaban disfrazadas menos yo. Además, cuando era lola, siempre me daban el asiento en la micro.

Después de esta experiencia, ¿no te sacas más los tacos?

En el teatro represento un papel femenino y está bien, pero en la vida real no me creo el cuento. Es mucho más entretenido ser ambiguo. Es lo que se usa ahora. Los hermafroditas están de moda. Es como volver al antiguo imperio romano.