20080621

LA CARNE

GUAREP!...GUAREP!...GUAREP…

La vida siempre siempre se encarga de enseñarme a palos. Y a estas alturas eso a mí ya me da rabia… Porque parezco tonta, porque como que no entendiera nada, pero cuando lo pienso bien siempre sucede en el escenario que mientras más rígida soy, más firme y más dura, pues mayor es el golpe que recibo de vuelta… O sea que si me planto, el palo llega de manera violenta por lo mismo, por plantada. Así me pasó con este concha de su madre que me anda cagando con otra estúpida. Bueno… que me andaba cagando la verdad, porque todo se fue a la mierda. Mi idea de seguir aprovechando al lomo vacuno de la temporada, pese a su infidelidad, me duró menos que rezar un credo, dos avemarías y tres padrenuestros. Una mierda mi estrategia cool. Y es que yo no soy cool, soy hot y hasta que yo no asuma eso, hasta que deje de pensar que porque soy una chica caliente y necesitada de sexo permanentemente eso no viene por desgracia aparejada con un corazoncito cool sino del mismo material que lo otro, es decir hot, pues voy a seguir estando envuelta en un chascarro tras otro.
La escena es simple y patética a la vez. Una noche salimos con el hombre a un bar de moda, y yo como estaba en mi personaje de mala-calentona-winner-al-peo andaba con la bota, la tenida, el pelo full, el calzón metido en el culo, todas las ordinarieces posibles para no desarmarme, para no irme a la mierda. Porque quiero aclarar que yo he soportado que un hombre saliera con otras perras y se acostara con ellas, pero la verdad es que yo no sabía con quiénes lo hacía, además estaba tan enamorada de él que me importaba un carajo lo que hiciera, con tal que volviera a la casa. Pero claro, después de él me fui a la mierda y creí que había aprendido a no ir más allá de mis posibilidades. Bueno… sigo en el bar de moda, el humo, la borrachera -en nivel etílico de uno a cinco, yo en tres- o sea muy caliente, bastante húmeda, encima de él como riéndome mucho, media borrada, pero falsamente feliz… Bueno, esa es la fucking felicidad no más, poh! En medio del coqueteo horrendo, me acuerdo que lo obligué a meterme la mano entre los calzones para que supiera lo mojada que estaba, él la tenía dura. En esto estábamos en un rincón del bar de moda con música a fondo hasta que veo acercarse una mina hacia nosotros con un par de seres humanos detrás… La mina en cuestión. Ahí. Espléndida. Rica, linda, grande, con buenas tetas, consciente y lúcida. Y yo de pronto me transformé en el sapo de la noche, chica, diminuta, fea, estúpida, torpe… Guarep! guarep! guarep!... Luego de la transformación a sapo-exmina, pues quedé con menos facultades mentales. Se supone que en momentos de shock uno recupera sus facultades, yo las perdí todas. La mina en cuestión y su grupete se quedaron revoloteando por ahí, yo perdí el habla, él también, seguí tomando para poder sobrellevar la situación y fue la guinda de la torta… Andaba a trastabillones por el local de moda, al ir al toilette me doblé el tobillo con la bota de mierda y terminé vomitando de manera indigna en el local con todas las minas esperando desesperadas el turno para entrar al mismo baño que yo acababa de arruinar por completo. Con el pelo con vomitado me dirigí al hombre y se la largué toda. Lo mandé a la chucha, lo negó todo, yo lloraba e intentaba argumentar a grito pelao en el local de moda… Guarep! guarpep! guarep! Me acuerdo de pedazos de garabatos más bien que una pelea, cosas como: “la mina culiá, esa asquerosa que nos saludó, hueón!”, “no te hagai el imbécil, concha de tu madre”, “Ya poh! Maricón anda a decirle a la puta esa que también culiai conmigo, chucha de tu madre”, “Puto asqueroso, porque yo seré caliente y puta, pero no te ando cagando con otro cabrón cerdo”… En fin, un listado interminable y humillante de improperios que distan mucho de mi plan de ser cool y de vengarme. Cuando pienso que, además, estaba la mina en el local y que seguramente se dio cuenta de todo, me quiero morir… La verdad, me quiero morir con toda la escena, me quiero morir con toda la situación, porque no debo exponerme así. Cómo puedo creer que una chica como yo va aguantar que un imbécil como él pueda andar conmigo y con otra mujer a la vez… Soy una idiota, eso no es ser cool, eso es ser bruta. No me lo merezco y además es feo y no da ni para columna. Una cosa es la fantasía y otra, la vida real. Yo vivo en la real y duele. Mucho. Mucho. Mucho.



LA CARNE HOY CERRADA

Se me cerró la entrepierna. Así de simple y brutal. Dios quiera que en su infinita bondad –tal como decían las monjas, sólo que no estoy segura si se aplica a este ruego específico su magnanimidad- no sea por mucho tiempo, porque la cerrazón que me vino está ardua de sobrellevar. Mi terapeuta no ayuda en este caso, dice que tengo cerrada la cabeza y sí, claro lo imagino, pero el asunto es cómo destrabamos esto antes de que me venga un ataque mayor o que se me cierre definitivamente, porque lo terrorífico es que no sabemos cuánto tiempo puede durar todo esto. Y temo, en el peor de los casos, profundizar a niveles inaceptables la búsqueda de ayuda en la medicina no tradicional, algo que ya comencé a aplicar… Pero voy al espisodio.
Estaba con un chico guapo, con quien he estado muchas veces. Alguien con quien no tengo ni una fantasía que sea algo más que un buen revolcón y muchas risotadas. Es un tipo medio vago, medio alcohólico, medio desastroso y muy divertido… Esos que uno puede visitar a cualquier hora y estan disponibles y con todo el entusiasmo y la erección infalible y rocosa de los cesantes… Un desgraciado adorable que tolero porque dejó hace mucho tiempo de tener poder sobre mí. Un tipo con una verga estándar, pero que sabe usar muy bien, con una lengua estándar, pero que también sabe usar muy bien. Recaí a su cueva porque estaba aterrada de andar buscando nuevas vergas luego del episodio del tipo que tiraba conmigo y con otra tarada a la vez. Llegué con un turro de marihuana en la mochila y vestida como si anduviera en casa, ahora que me veo, estaba como entrando a un centro de rehabilitación para chicas caídas en vergas envenenadas (un clavo se saca cuando te meten otro clavo, pues). Él como siempre estaba haciendo poco, tomando cerveza con la música fuerte, la estufa prendida y a punto de cocinar unos tallarines. Con tanto calor de hogar casi quise llorar. Prendí un pito king size, comimos y nos acostamos en la cama a ver una película mala. Todo era amable, seguro y cálido. Me dio muchos besos con poca lengua, me chupó los pezones, me bajó los calzones con calma sin agredirme en nada y se montó sobre mí como si yo fuera una novia de toda la vida, me metió su verga despacio, mirándome, dándome besos, tocándome suave… Entraba y salía sin apuro, hasta el fondo, pero suave, con ritmo, nunca se excedió en nada… Justo lo que yo fui a buscar, la puesta en escena del amor… Solo que jamás logré calentarme, me veía a mí misma en la situación y lo que fue peor, la entrepierna me dolía, me ardía, no lograba borrarme, entrar en el movimiento y poder estar. Hubo hasta un momento en que sentía los pezones irritados… No era asco, ni desagrado, ni molestia ni enojo… Estaba fría, seca, cerrada, ausente, como prestándome a mí misma. Y mentí. No es que haya fingido un orgasmo, porque no lo hago por estúpidos principios, sino que mentí al mantenerme en esa situación como si lo estuviera pasando bien… ¿Y qué mierda iba hacer?… ¿Decirle que tenía que retirarme porque no sentía nada? Eso era una rotería y una maldad. Me fui cuando logré zafar dignamente, pero camino a mi casa iba hecha una ruina. Mi entrepierna muerta, insensible y rígida es algo a lo que no estoy acostumbrada. La verdad me tiene choqueada, me quiero reír, pero me cuesta. Porque mi entrepierna es lo único que no me duele y que no me tiene que doler.

PELAMBRE A LAS TÉCNICAS

El otro día salí con mis antiguas compañeras de colegio… Todas chicas de bien, de colegio de monjas bien portadas, con vergas estables y duraderas, mucho gimnasio, poca actividad asalariada (por no decir casi ninguna) sendos vehículos cuatro por cuatro, clases de cocina cada quincena, clósets gigantes… En fin, chicas en todo caso, guapas, divertidas y malas, de hecho mis actividades predilectas con ellas son el pelambre a mansalva (no hay nadie que se salve, excepto nosotras mismas, obvio) y la cochiná. No es que ellas sean muy instruídas en la materia, de hecho se divierten con mis asquerosidades como unas yeguas locas y yo me divierto con las suyas de vergas estables y duraderas. Son esas amigas con las que uno habla todas las estupideces del mundo a sabiendas que no te van a odiar ni mal entender porque como te conocen desde kinder, pues no hay ni una explicación que dar. Con ellas han sido con las que me di mis primeros besos en la boca en esa edad preadolescente cuando el sexo no es algo que se nombra, sino que se experimenta, cuando tus amigas son el equivalente a lo que en el futuro serán tus novios. Con ellas fueron las primeras personas con las que tuve sentido de posesión, las que me dijeron que era bonita y deseable, con quienes tuve mis primeros celos… En fin, lo que ya dije, ellas fueron de alguna manera mis primeros novios. En la era pre-machos, las amigas son tu mejor forma de experimentar con el cuerpo y con los sentimientos. Jamás llegamos a tocarnos con un deseo consciente, pero ahora que lo pienso, los juegos que tuvimos tenían que ver con deseo sexual. Por este tipo de relación será que cuando entramos a la era machos sentí que algo se rompía entre mis amigas y yo –un proceso absolutamente normal en el desarrollo sano de una chica- . Ahora quiero aclarar que en mi era post-machos jamás me he sentido atraída por ellas.
Pero no quería quedarme pegada en el tema de mis relaciones sexo-afectivas con mis ex compañeras de colegio, sino en nuestra última conversación, que fue en la categorización del sexo oral que los hombres se dignan a darnos. Tema al que nos dedicamos en nuestro último encuentro que se llevó a cabo en un lujoso spa donde nos metimos al sauna y al jacuzzi. Entre transpiración y agua pues nos dimos el lujo de pelar a todas las malas lenguas masculinas, pero con las que fuimos compasivas fue con aquellas que sufren un mal de origen, es decir, las cortas. Pero vamos por la definición de las técnicas:

1./ La pala: es aquella cuando el varón endurece su lengua, la curva -a modo de pequeña pala por cierto- y va de abajo hacia arriba en su modo de lamida. Según todas, esta es una técnica poco común, de hecho solo una de las chicas asegura que existe.

2./El tintineo: el clásico movimiento de la lengua que se hace sobre el clítoris y que va de un lado a otro de manera rápida y breve. Todas coincidimos que esta técnica es eficiente y la que tiene mayor posibilidad de llevarla a una al orgasmo.

3./ El chupón: equivalente a la succión. Que todas coincidimos nos gusta, pero sólo cuando es usada sin insistencia, porque hay algunos que se quedan pegados en eso, creemos que la insistencia en su uso, es porque como la succión a los hombres les produce placer, pues creen que a una también.

4./ El tarascón: lo mismo que lo anterior, es rico una mordida de vez en cuando, siempre de manera suaveeeee.

5./ El langüetazo: el uso de la lengua entera, sumado a que ésta sea arrastrada desde el culo hasta el clítoris, debo reconocer que sacó aplausos entre las chicas.

6./ El combo: aquella lamida que además de lengua, utiliza la nariz como elemento de roce y goce para la mujer es una técnica que no todos pueden hacer por razones anatómicas y que es una pena, porque quienes hemos tenido la suerte de contar con esa dote pues quedamos bien felices.

Al final quedamos de acuerdo que todas estas técnicas usadas en conjunto, más muchos, muchos besos y saliva, pues se agradecen, se necesitan y son para todas una máxima expresión de la pericia masculina. Y después de tanto hablar de sexo oral, extrañé tener una buena dosis… La lástima es que no tengo con quién hacerlo porque ésta es una de las pocas cosas que no me dejo hacer si no me gusta mucho mucho, mucho alguien. Algo que de verdad no sucede mucho.


DÍAS DE PSICÓPATA

¿Qué se supone que una tiene que hacer cuando ve un mensaje de texto, o escucha una llamada inadecuada, o un rumor asqueroso que te dice que otra zorra anda con tu chico? Yo, antes de pervertirme y de crecer, creía que una tenía que encarar la situación, ser honesta, hablar, buscar ayuda, en fin, lo que haría toda persona sana y normal. Pero como en el camino me enfermé, pues ahora esta suerte de corazón abierto y de arrebato de honestidad no me va, no me acomoda. Antes de seguir tengo que explicar que tal vez hay un atenuante en mi modus operandis no honesto, y tiene ue ver con que el joven que está haciendo el amor con dos señoritas a la vez -la NN y yo- pues no es mi novio, aunque sí tenemos un acuerdo de exclusividad que ya lleva un par de semanas. Es un señor con el que me siento en los restaurantes con cara de felicidad, que me va a buscar a la casa, con quien he dormido un par de veces…O bueno, debiera usar el verbo pasado en todas estas acciones antes descritas…
La verdad es que me enteré que el concha de su madre se tira a otra mina hace apenas unos días y, honestamente, es que me he vuelto una psicópata, si es que por ello se entiende aquella persona que no siente, que miente, que finge ser normal y con sentimientos amables hacia el otro. Todas capacidades que tengo absolutamente bloqueadas para con el hombre en cuestión, pero lo más extraño de todo es que lo que no se me ha bloqueado es la calentura, más bien me aumentó, pero en una tecla asociada al dolor, a la rabia, a la venganza… Me subo a cabalgarlo y quiero romperlo, pero hasta ahora lo único que he logrado es frotarlo tanto hasta quemarle la piel… Eso sí, sólo un poco de daño cutáneo, algo mucho menor de lo que querría. Sé que hasta ahora no ha notado mi violencia ni mi asco ni mi rabia, primero porque soy una chica a la que el sexo violento se le da con facilidad, y él lo sabe (y le gusta), y segundo, porque los hombres son unos imbéciles y unos sobrados. Su error en estas materias es sentirse -como siempre- superiores. Y en esto de la infidelidad, lo que no saben es que siempre uno sabe. Porque es cierto que alguien me contó que el cerdo andaba comiendo en otro corral, pero eso fue un detalle, yo ya lo sabía. Es más, estaba tan segura que si Cristo bajara y me lo negara, pues no le creería.
Lo que odio, además del asco, de la rabia, de la pena, de la humillación, que no puedo negar, es que todos estos anteriores sentimientos están asfixiados por mis ganas de querer hacerle daño. Eso y una calentura que tampoco puedo controlar es lo que me está matando y, a la vez, haciéndome feliz de esa manera enferma que reconozco y mi terapeuta me saca en cara. Estoy vengándome y sufro y me gusta … Me siento alterada en mis capacidades básicas, es verdad, pero he tenido con él en estos días de vida de psicópata el mejor sexo que he tenido jamás con él… Lo muerdo, lo obligo a lamerme la entrepierna por mucho rato (algo que antes jamás me habría atrevido hacer con tanta soltura), lo humillo si tiene un orgasmo antes de lo que quiero, le pido, le exijo, le como la verga mucho menos de lo que él querría, lo agoto y le miento… Lo culeo como perro para luego botarlo como harapo, pero lo que más me da placer es mentirle. Ahí está mi mayor satisfacción, que no sepa que sé, hacerle creer que todo sigue igual, que me gusta como siempre, que le creo, que confío en él, que estoy rendida, caliente, indefensa, entregada… Lo que me hace sentir inferior es que todo esto me guste, porque eso significa que su putada tiene poder sobre mí. Y eso me hace mal. Pero no voy a ceder… No por ahora. Primero porque me lo quiero seguir culiando –la verdad necesito seguir comiéndomelo- y segundo, porque quiero salir ganando. No sé muy bien qué es salir ganando, la verdad…Pero al menos quiero seguir sintiendo que yo tengo el poder. Lo que no controlo es todo lo que tiene que ver con la NN… Eso es lo que me turba más, porque no manejo a la zorra del todo. Me perturba no porque ella me importe algo, porque no siento que estoy en competencia con nadie y es que me he dado cuenta que no quiero quedarme con la presa, no estoy en carrera para ganarme a ese hombre. Yo lo único que quiero ahora es destrozar a la presa. Ése es mi trofeo. Que se la quede ella o el proxeneta de la esquina me da igual.


LA PÍLDORA DEL DÍA DESPUÉS: EL CACHETAZO DEL FALLO

Cuando pienso en la píldora del día después y su prohibición (parcial o total) siento cómo me lleno de rabia y de indignación. Tanta, que quedo muda y sin ganas ni siquiera de entrar en ningún tipo de discusión argumentada del asunto. Me gustaría agarrar en las calles a los ilustres miembros del Tribunal Constitucional y tirarles caca o dejarlos a poto pelao en la mitad del Paseo Ahumada con sus miserables miembros en reposo… Humillarlos, enlodarlos, vomitarlos, cachetearlos, mechonearlos, escupirlos… Puros gestos míseros, porque es tanto el desprecio que no me da ni para querer golpearlos, un golpe hasta me parece más digno y eso sería mucho…Y estas mismas acciones las cometería con quienes presentaron el famoso recurso con el cual se están luciendo los ilustres y que en estos minutos se sienten salvadores de los indefensos que están por nacer. Esos que creen salvar nuestras almas y resguardar nuestros cuerpos femeninos de la píldora abortiva. De sólo imaginarlos en la mesa con sus hijos y su mujer, llenándose la boca con la cruzada que han emprendido para el bienestar y el futuro moral de Chile, me da asco. Con el capítulo TC y píldora me siento agredida, violentada, pero a la mala, como si uno fuera caminando en la calle y alguien te insulta, te pega y te mea de paso, pero no te roba. Así como Condorito: “Exijo una explicación”.
Porque de más está decir que la píldora del día después, como un método de emergencia, no es el tema. Porque entrando al área chica, cosa que importa un carajo porque aquí estamos discutiendo principios -algo que me parece que podría ser lo único realmente valioso de toda esta agresión-, la verdad es que el anticonceptivo de emergencia no tiene que ser Postinor-2 ni nada. Basta entrar a Internet para enterarse que con comprar una tira de anticonceptivos normales (sin receta y a precio módico) y tomarlo siguiendo las indicaciones para saber que la ingesta en dosis elevadas de éstos provoca el mismo efecto de la píldora del día después.
Todos los argumentos y reacciones a favor del fallo me parecen de una estupidez que bordea lo infantil. Cosas como que, por ejemplo, es abortiva (¿Y qué tiene de malo? ¿Hasta cuándo vamos seguir desconociendo que el aborto hay que legalizarlo?)... Que la legislación protege al que está por nacer y por lo tanto ese paraguas legal es amplio, de ahí el fallo… Que la reacción del “mundo progresista” ha sido intolerante y eso habla mal de los que se dicen ser tolerantes (¡Qué patudez!)… Eso por nombrar algunas sandeces. Pero los argumentos en contra del fallo (muchos de los cuales adscribo, aunque no a todos) también los escucho con una cierta indiferencia, como si nada racional me pudiera motivar demasiado en esta discusión.... No quiero irme de tesis, porque no la quiero tener o más bien no me sale, ya lo dije: todo lo que me sucede es más que nada visceral.
El fallo del TC es un cachetazo porque es la prueba de algo que uno huele en Chile, pero que se hace la loca para justamente no volverse incivil. Y es que seguimos con el pie en el grillete de los conservadores. Lo que pasa es que como es sólo un pie y a punta de patadas nos dieron muchos metros de cadena, pareciera que nos soltaron, pero la verdad es que seguimos siendo parte de los perros del fundo. Y lo que es peor: nos gustan esos dominios, nos gusta la comida, las caricias del amo, ir y traer el hueso que nos tira, el sillón de felpa del abuelo ilustre, ver cómo los jóvenes de clase con su verga dura y a medio vestir se violan a la hija de la nana, nos gustan los huachos y toda esa historia de mierda que nos condena… Lamer la mano que da de comer nos da placer. Las mordidas son inocuas, apenas bocados que el mismo amo provoca para ejercitarnos como buenos canes y no para que le saquemos la mano de cuajo. Pese a que nuestra nariz está a la altura de sus cojones, nunca tenemos el valor de arrancarlos de un mordisco y tragarlos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

...por diversas razones, durante un tiempo no te leí. Y me da una pena (detrás de ella siempre hay rabia) que ahora estés plagada de guiños a lo real... que mala, con todo esto del copete, de los celos enfermizos, de cierta homosexualidad, que está en los celos evidentemente... te haces una mina que cualquiera que fuese ya no quiero follar... una de las cosas que me gustaba, era que podías ser un fantasía... pero un real... es como un perro en la calle, que si no es tuyo sólo por un rato, después huele mal... lo que excita es precisamente el deseo sin culpa que "vives", no estas estereotipadas huevadas de "minita" en el diván de su psicoanalista...

Anónimo dijo...

Quizas ya no es la Andrea la que escribe