20080712

¿QUÉ VA HACER CHILE PARA SUJETAR LOS PRECIOS DE LA LECHE, EL ARROZ O EL ACEITE?

La crisis de alimentos y energía está llevando al mundo a una vuelta atrás que produce escalofríos. Los reportajes de los principales medios económicos intentan responder preguntas tipo “Lost”: ¿con qué podemos abrigarnos? ¿qué hacemos para alimentarnos? Como si de pronto estuviésemos en la prehistoria, en la guerra del fuego.
Vamos por partes ¿Sabe usted por qué ha subido tanto el precio del arroz? Hay al menos 3 explicaciones, donde la crisis del petróleo y la de los alimentos se cruzan: 1) el sostenido aumento de la demanda por comida en países como China e India (juntas forman más de la tercera parte de la población mundial, con aproximadamente dos mil millones de habitantes); 2) la escasez de tierras cultivables; 3) el aumento del precio del petróleo y los problemas climáticos, que han afectado al sector agrícola y ganadero en todo el mundo.



También hay explicaciones menos típicas: la especulación financiera. Porque así como hay mercados a futuro de cobre (te compro la producción del próximo año), también los hay en granos y arroz. Y como el precio ha subido, suben las transacciones, lo que hace que el valor final también aumente.
Como el tema de la crisis alimentaria recorre el globo, hay tantas medidas para hacerle frente como países. Indonesia cerró las fronteras para destinar buena parte de su producción arrocera a sus habitantes. Bolivia y Argentina también apostaron por encarecer las exportaciones y abastecer su mercado interno. México fue drástico: congeló los precios de 150 alimentos. El anuncio lo hizo el Presidente Felipe Calderón el jueves pasado. “Es una medida que beneficiará la economía de millones de mexicanos”, dijo, y destacó que contaba con el apoyo de los industriales de su país. Le llovieron las críticas internas: que era un truco para tapar la crisis inflacionaria; que en esa lista de los 150 ¡faltan los frijoles, huey! Al día siguiente en El Salvador preguntaban si su país tomaría la misma decisión y el Banco Mundial salió rápidamente a parar la fiebre. Lo hizo a su modo. “No estamos en contra de los subsidios, pero tienen que ser enfocados y efectivos, eficaces y financiables”, afirmó Pamela Cox, vicepresidenta para América Latina y el Caribe del Banco Mundial.
Bueno, ¿y qué vamos a hacer en Chile con el precio de los porotos? Porque si el tema está en la agenda de todos las naciones es porque las alzas de los alimentos afectan directamente el bolsillo de las familias más pobres, que son las que más gastan en estos productos en proporción a los ingresos que reciben (es decir, allí es donde más fuerte golpea la crisis). Pues bien, la semana pasada se supo que todavía no hay nada claro. La Dirección de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon) de la Cancillería publicó un informe donde plantea que “en los próximos meses aumentarán las presiones sociales y políticas para incrementar medidas” y propuso analizar dos ideas: darles bonos a las familias más pobres y reducir los impuestos específicos que afectan ciertos productos. ¿En concreto? En Chile, la gente simplemente tiene que arreglárselas como pueda con su presupuesto, como se cuenta en las historias de “Está todo tan caro”, que publicamos todos los jueves en este pasquín.

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