20080705

ESTUDIO DEL INE DICE QUE LOS CHILENOS POBRES ESTÁN ENDEUDADOS HASTA EL CUELLO



Según la última encuesta realizada por el INE la mayoría de los hogares en Chile, salvo los más pudientes, gastan mucho más de lo que ganan. La situación más crítica la viven las familias más pobres (del primer quintil). Un hogar tipo de este grupo percibe ingresos por 170 mil pesos mensuales, pero gasta 300 mil (o sea, ¡130 mil más!).



Cuando en el Banco Central se enteraron de los alarmantes datos, no lo creyeron. Lo mismo economistas como Harald Beyer del CEP y los propios analistas del INE (Raúl Acevedo, coordinador del Departamento de Estudios, dijo que esta enorme diferencia entre gasto e ingreso podía explicarse porque los segmentos de menores ingresos declaran menos de lo que en verdad ganan). Los expertos dudan porque les parece mucho. Multiplican 130 mil pesos mensuales por 12 y concluyen que en un año esas familias estarían quebradas. Prefieren pensar que la encuesta está mal hecha, o que la gente no dice la verdad.
Ahora, el estudio del que hablamos es la Encuesta de Presupuestos Familiares, una de las estrellas del Instituto Nacional de Estadísticas. Por varias razones. Es histórica (se realiza cada 10 años desde los ‘50) y a partir de ella se define el IPC. Además, este año por primera vez se incorporó a nuevos entrevistados (se sumaron habitantes de las capitales regionales de Chile).
El tema y la preocupación respecto a cuán endeudadas están las familias chilenas ha ido creciendo en las últimas semanas. Y quien lo ha puesto ha sido justamente el Banco Central. Hace menos de un mes, José de Gregorio, su presidente, llamó a las familias a evaluar “con prudencia sus decisiones de endeudamiento”. También se les recomendó a los bancos y a las casas comerciales tener especial cuidado “pues la expansión del crédito se ha dirigido a los segmentos de menores ingresos”. A comienzos de esta semana, un nuevo gerente del BC, Kevin Cowan, puso la nota de calma: “No hay que demonizar el endeudamiento de lo hogares”, declaró a El Mercurio. Pero con las tasas de interés recién subidas, por el propio BC.
Ahora, lo cierto es que ni el INE ni el Banco Central saben muy bien cuál es el nivel real de endeudamiento de los chilenos, y menos aún de los grupos más pobres. Y no saben porque hay una área negra: las tarjetas de crédito no bancarias: La Polar, Hites, Johnson’s, Presto, Easy, la verde CMR, la azul de París, la gris de Ripley, en fin, esas que se asoman en la mayoría de nuestras billeteras y con las que podemos comprar ropa, remedios, plantas, lechugas, árboles de pascua, plasmas, poner bencina, viajar, divorciarnos e incluso hacernos una lipo.
El año 2006, la Super de Bancos logró dar un paso: que se fiscalizara a estas tarjetas, y se informara sobre las tasas de interés que cobran, los distintos tipos de costo, etc. Pero donde no pueden meter su nariz es en las bases de datos del retail y, por lo tanto, salvo los gerentes de estas firmas, nadie sabe a ciencia cierta cuánto deben sus clientes y si suman muchas deudas entre una tienda y otra.
El tema no es menor si se toma en cuenta que en Chile hay 22,5 millones de tarjetas no bancarias circulando (más 5,3 millones de tarjetas bancarias). Eso, para alrededor de 15 millones de habitantes.

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