20080411

Los Negociados del Yerno de Lavin

¿Le arderán las manos a Joaco?

A Issac Givovich, el denunciante de las irregularidades en Huechuraba, hoy lo acusan de vender computadores de una empresa con la que realizó millonarias negociaciones mientras trabajaba a las órdenes de Carolina Plaza. Aunque sus cercanos lo niegan. The Clinic acreditó que en cuanto quedó cesante, en marzo, realizó una verdadera gira promocional por diversos pueblitos del sur ofreciéndoles computadores portátiles para sus escolares. Esta es la historia del negocio más polémico del yerno de Joaquín Lavín y de una pelea de la que nadie quiere hablar pero que dará mucho jugo.

Por Jorge Rojas y Claudio Pizarro



El 5 de marzo pasado, en la sala del Concejo Municipal de Máfil, en la recién estrenada Región de los Ríos, el alcalde don Angelino Leal agarra un notebook nuevo y lo tira al suelo desde un metro de altura. El computador rebota y no se destruye. El alcalde Leal y los concejales están satisfechos.
El modelo Classmate -un computador de bajo costo diseñado por Intel y distribuido por la empresa italiana Olidata en Chile- acaba de pasar la prueba de resistencia mafileña y los presentadores del producto sonríen satisfechos. Es una delegación de santiaguinos encabezados por un joven de 28 años llamado Isaac Givovich Contador y la visita a las autoridades de Máfil es parte de una gira de promoción que incluye diversos pueblos sureños en los que confía demostrar que el aparato puede revolucionar las aulas.



Givovich es casi un desconocido para los mafileños. En Santiago tampoco es tan popular. Sólo un puñado de militantes UDI sabe que está casado con Asunción, una de las hijas del ex candidato presidencial Joaquín Lavín y un círculo todavía más reducido conoce su situación laboral: Givovich acaba de salir de la municipalidad de Huechuraba, donde oficiaba como encargado de informática y la suya ha sido una cesación traumática. Cesante, con un hijo en camino y muchas cuentas por pagar, Givovich se las ha rebuscado para salir adelante sin la ayuda de su suegro. Es por esto que anda en el sur en esa suerte de “gira promocional” que incluye Vichuquén, San Rosendo, San Nicolás y Chillán Viejo.
Pero días más tarde su nombre estará en el centro de la polémica de la UDI, luego que la alcaldesa Carolina Plaza, su ex jefa, diga en una reunión ampliada del partido que lo echó por negligente y por negociación incompatible, y su suegro lo defienda acusando la existencia de irregularidades en el municipio de Huechuraba.
Pero una de las acusaciones de la alcaldesa es precisamente lo que Givovich está haciendo en Máfil, porque durante cuatro meses él se dedicó a negociar un millonario acuerdo entre el municipio y Olidata por la compra de 1.800 computadores destinados a los estudiantes de Huechuraba. Exactamente lo mismo que ofrece al alcalde Leal.
Givovich no le esconde eso a los mafileños. Al revés, lo cita: él, dice, implementó el programa classmate en Huechuraba, y fue un éxito.
-Nosotros pensábamos licitar los teléfonos y él dijo que ellos podían hacer el estudio y licitarlos, y las empresas bajarían sus costos. Me dio la impresión que eran serios. Dijeron que si hacían todo el paquete podían bajar los costos. Me dijeron que habían hecho un proyecto en que dos compañías se habían sacado el jugo y que les habían regalado hasta computadores. No me acuerdo el municipio. Huechuraba parece que fue -recuerda Don Angelino.
Esa licitación que cita tan de lejos el alcalde Leal probablemente sea la que tiene en ascuas a Huechuraba, y que protagonizaron las empresas GTD Manquehue y Télmex por prestación de servicios de telefonía fija y datos de la comuna, y que fue declarada desierta. En ella también participó Givovich, y también figura entre las acusaciones de la alcaldesa contra su ex funcionario.
Aunque esa licitación es motivo de investigación judicial, los vínculos de Givovich con Olidata prometen ser un nuevo y candente foco en el escándalo. La razón es muy simple y explica la presencia del yerno de Lavín en Máfil. La historia la cuenta Pablo Mena, el ingeniero encomendado por el alcalde Leal para gestionar la compra de computadores para colegios de la comuna, que asegura haber contactado a Givovich a través de la empresa italiana. “Primero conocí a Salvatore Bruna (jefe de instalación de proyectos de Olidata) en una feria tecnológica y él me contactó con Sandra Olguín (gerente comercial de la empresa), que a su vez me derivó con el equipo de Isaac Givovich”, recuerda. La cadena de presentaciones se acerca demasiado a la acusación de Plaza que vincula a Givovich con la empresa que fue su contraparte mientras era funcionario de Huechuraba. Y por eso en el entorno del yerno de Lavín se apuran en desmentir que haya estado representando a Olidata. La gira al sur, dicen, fue a título personal y se guió por los resultados que cada municipalidad había obtenido en el Simce.
The Clinic trató de contactar al gerente general de Olidata Chile Marco Frignani para conocer su versión, pero no fue posible. Salvatore Bruna sí confirmó la versión entregada por Pablo Mena.

NEGLIGENCIA O VIVEZA

Todo indica que los computadores se transformarán en un pesado lastre para Givovich y la municipalidad de Huechuraba, porque están en el centro de la pelea que hoy mantienen Givovich (+Lavín) con Carolina Plaza y que tiene de cabeza a la UDI. Tan importantes son en el escándalo que el día que se firmó el contrato definitivo para comprarlos a Olidata, el yerno del ex candidato presidencial renunció a su cargo de encargado informático (según sus cercanos) o lo echaron por negligente y tener incompatibilidades (según ha dicho el municipio).
En esta historia las versiones siempre son encontradas. Y cuesta acreditar cuál es cierta. Tampoco quienes hoy pelean se atreven a hablar directamente. Sobre los dos bandos pesa la pax que la directiva de la UDI consiguió la semana pasada y que evitó que se enfrascarán en querellas, y, además, por la investigación que realizan la Fiscalía y la Contraloría sobre las actividades en el municipio. Todos tienen mucho que perder abriendo el fuego por los diarios.
Una versión explica la salida de Givovich de Huechuraba por haber negociado mal la compra de los computadores de Olidata. El 30 de enero pasado, dicen los detractores del ex funcionario, en el municipio se dieron cuenta que el acuerdo que Givovich decía haber logrado con la compañía para que se considerara el precio bajo del dólar en la venta no pasaba de ser una hoja sin formalidades, y que en la negociación que posteriormente debió improvisar el administrador municipal Cristián Gore se consiguió mantener el monto a pagar en $500 cada dólar. Cada computador costaba US$ 359. Eso, dicen, le costó la salida a Givovich y se acordó que se materializaría en marzo, después de sus vacaciones. Pero un llamado telefónico de Givovich a Gore en febrero informándole que había conseguido trabajo como representante exclusivo de classmate encendió los ánimos en contra del yerno y su salida se zanjó con la causal de negociación incompatible. Incluso el tema se trató en el consejo municipal el 13 de marzo pasado.
Desde el entorno de Givovich la historia es radicalmente distinta: él, dicen, renunció el 31 de enero, luego de que se cerrara la compra. El proceso de negociación, dicen, fue manejado siempre por la alcaldesa y desde agosto del año pasado que se había fijado un precio de US$ 359 dólares por cada equipo (más IVA), con un acuerdo de respetar el precio del dólar en $513 pesos. Pero, ante la inestabilidad que afectó a la divisa, el precio terminó en $500. Así, explican los cercanos a Givovich, el municipio se ahorró cerca de $120 millones.
Pero la diferencia es más radical cuando se habla de la causa de la renuncia del joven funcionario. Lo hizo, dicen, cansado de las cosas raras que había estado viendo durante meses en Huechuraba, pero que recién le hicieron sentido cuando se terminaba el proceso de compra de los computadores. Cuando salió del municipio, dicen, lo hizo sin tener otro trabajo asegurado. La llamada a Gore es desmentida tajantemente: Givovich nunca ha ofrecido computadores Olidata a nadie, dicen.

LOS OTROS NEGOCIOS

Aunque está cesante, hoy Isaac Givovich se dedica a gerenciar GES consultores, una empresa de asesoría de evaluación y ejecución de proyectos que fundó en abril del 2006 con su concuñado Felipe Salles. GES funciona en calle Napoleón, en Las Condes, y hasta ahora en ella sólo reconocen un contrato para los seis profesionales que trabajan allí: la ejecución de un proyecto de intervención social en el barrio Santa Ana de Recoleta con fondos concursables del Ministerio de la Vivienda, que incluyó un show con los vecinos organizado por la productora de Joaquín Lavín hijo y que fue animado por Kathy Barriga -la ex robotina-, su novia.
Felipe Salles, el otro yerno de Lavín, desmiente cualquier vínculo de la consultora con Olidata:
-Soy socio de GES y no tenemos ningún acercamiento con Olidata. Isaac no es representante de Olidata; eso lo he conversado con el, y no tiene nada que ver. Nada de eso es cierto -dice.
Pero hay un punto en contra. Cuando Givovich se presentó en Máfil a comienzos de marzo, lo hizo a nombre de Management Advance Technology, donde figura como Director. No es una empresa, dicen en su entorno. Nunca ha funcionado como tal y probablemente no lo haga jamás tampoco. Pero de todas maneras sirvió para tener un encabezado con un logo en las hojas que quedaron en la municipalidad sureña, donde ofrecía el know how adquirido en Huechuraba en el proyecto Escuelas Eficientes. El correo electrónico de contacto que aparece en la propuesta es el que tiene en GES consultores. La presentación lleva el logo de Olidata, Eduinnova, una fundación que capacita a los usuarios; y classmate PC; además, está ilustrada con fotos de “alumnas de Escuela municipal del Máfil” (ver documento).
En GES, aparte del concuñado de Givovich, trabaja el arquitecto Ignacio Urzúa, que estuvo a cargo de la Secretaría de Planificación, SECPLAC, de Huechuraba, y que también ha sido mencionado como testigo de las irregularidades en la municipalidad por los detractores de Carolina Plaza. Urzúa es amigo del asesor jurídico de la municipalidad de Vitacura, Andrés Ibarra, y a comienzos de marzo lo visitó -cuando ya trabajaba en GES- en su oficina para contarle que Givovich, su jefe, tenía la representación de Olidata y ofrecía sus servicios a la municipalidades. El encuentro, que es desmentido desde el entorno de Givovich, ha alimentado los cahuines en el mundo de la UDI. Y los cuchillos.

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